viernes, 12 de junio de 2009

De AlMaNaQueS

Hay veces que debemos recordar algunas cosas
para poder seguir viviendo,
especialmente en estos días, cuando al mirar alrededor
nos damos cuenta de que todo de tan cambiado,
ya no parece nuestro.
A pesar de ser conscientes de que nosotros mismos
poco a poco vamos forjando nuestro propio destino,
paramos de pronto la marcha,
encontrándonos tan lejos de todo lo planeado,
que nos envuelve el miedo,
el desconcierto y es entonces,
cuando retrocediendo, buscamos refugio
en el pasado.
En una lenta retrospectiva de todo lo vivido,
desenterramos sueños,
que de tan imposibles se quedaron dormidos,
y volvemos a sentir,
por algunos segundos
chispeante el pensamiento y volatil el alma.
Humedos de nostalgia,
entibiamos a nuestros muertos
con este deseo furioso de que esten vivos,
con tanta necesidad de preguntarles cosas.
Regresamos a los olores de la infancia,
recordando el nombre de aquella muñeca de trapo
y sintiendo en la piel el ardor
de los arañazos de nuestro primer gato.
Con el apuro de seguir quemando almanaques
nos olvidamos, a veces, de acordarnos,
pero fieles, los recuerdos permanecen,
a la espera de que un día los busquemos,
y sin rencores nos alimentan,
nos impulsan a seguir
y de pronto...
no nos sentimos solos.